Es el primer pájaro carpintero fósil descrito en Sudamérica y uno de los
primeros en el mundo. Tenía patas extremadamente largas y sus alas eran
débiles, por lo que los paleontólogos interpretan que fue una especie
caminadora, adaptada a recorrer la llanura pampeana en una época en que no
abundaban los árboles.
Este pájaro carpintero caminador de las Pampas fue encontrado en un lugar muy accesible y transitado, a solo 40 metros del Camino de la Ribera, en la localidad de Mariano Acosta, en el yacimiento conocido como La Curva del Chancho.
El
investigador del Museo Argentino de Ciencias Naturales (MACN) y del CONICET
Federico Agnolin aseguró a la Agencia CTyS-UNLaM que “son poquísimos los
registros de pájaros carpinteros fósiles, hay muy pocos en el mundo, y lo más
raro es que, en este caso, se encontró su esqueleto casi completo”.
“La principal diferencia de esta nueva especie respecto a los pájaros
carpinteros conocidos hasta ahora consiste en las proporciones de su esqueleto,
porque tenía patas muy largas, extremadamente largas, cuyas proporciones se
acercan a los animales caminadores”, afirmó el autor principal del estudio publicado
en la revista científica Neotropical Ornithology.
Además, el doctor Agnolin indicó que las alas de esta nueva especie denominada como Colaptes naroskyi eran débiles: “Especialmente el húmero era bastante débil y curvado, lo que indica que no tenía gran capacidad de vuelo”.
Según explicó el especialista, estas características de su esqueleto se corresponden con el ambiente de aquella época, caracterizado por grandes planicies y escasa vegetación, razón por la cual este pájaro carpintero debía desplazarse “a pata” en busca de su alimento.
Respecto a la alimentación de estas aves, el paleontólogo del MACN y del CONICET comentó que “es cierto que los pájaros carpinteros pican la madera, pero lo hacen en búsqueda de insectos larvas, gusanos y otros bichos pequeños, a los que pueden alcanzar con su lengua larga y pegajosa”.
“Este pájaro carpintero extinto también se alimentaba de insectos, pero, hace 30 mil años, el clima de la región pampeana era semejante al de la Patagonia actual, mucho más seco, y no había una arboleda a disposición de estos animales”, observó.
Por ello, el doctor Agnolin analizó que “es probable que el Colaptes naroskyi, al igual que algunos pájaros actuales de la región pampeana, fueran a los hormigueros y los rompieran con sus picos para comer hormigas por ejemplo”.
El paleontólogo Federico Agnolin manifestó que “en los alrededores de la Ciudad de Buenos Aires y del Conurbano hay un montón de yacimientos paleontológicos; de hecho, esta región ya había sido estudiada por los primeros paleontólogos y naturalistas argentinos hacia mediados del siglo XIX”.
“Muchas veces, se puede pensar que para descubrir cosas sorprendentes hay que ir a otras regiones de la Argentina, pero también es cierto aun es posible realizar hallazgos muy interesantes a pocos kilómetros de la Capital o en el mismo subsuelo de la Ciudad”, aseveró el paleontólogo a la Agencia CTyS-UNLaM.
El hallazgo y estudio de esta nueva especie bautizada como Colaptes naroskyi en honor al observador de aves y divulgador Tito Narosky, estuvo a cargo de científicos del Museo Argentino de Ciencias Naturales, de la Fundación Félix de Azara y del Repositorio de Paleontología del Partido de Merlo. Fuente: Agencia CTyS-UNLaM