domingo, 22 de abril de 2018

Descubren restos de un mamífero fósil atacado por termitas prehistóricas en San Pedro.


Son restos de un Toxodon, animal que habitó la llanura pampeana durante el Cuaternario. Fueron hallados en una cantera a 3 kilómetros de San Pedro.
La excavadora de la empresa extraía toneladas de tosca en el predio ubicado a 3 kilómetros de la ciudad de San Pedro. Decenas de metros cúbicos se cargaban en los camiones que aguardaban con sus cajas vacías, la carga que luego se distribuiría en caminos o basamentos de construcciones de la zona.
El  Grupo Conservacionista de Fósiles, equipo que coordina el Museo Paleontológico “Fray Manuel de Torres”, recorría el lugar, cuando uno de sus integrantes, Matías Swistun, observó que la pala de la retroexcavadora estaba a punto de romper “algo” que afloraba en el corte artificial de terreno.
El equipo solicitó a la empresa unas pocas horas para poder resguardar el fósil que acababa de asomar entre las rocas. En poco tiempo, pudieron observar que ese “algo” eran los restos fosilizados del brazo de un Toxodon, un gran mamífero que habitó la llanura pampeana hasta hace unos 8.500 años atrás.
Una vez que los restos fosilizados llegaron al Museo, se les realizó la preparación habitual para poder observar detalles, identificar las piezas y evaluar su potencial valor científico. Sin embargo, los fósiles recuperados reservaban una sorpresa… Entre los huesos había tres enormes falanges de los dedos del animal, algunos metápodos que conformaban la mano del mamífero, la ulna (cúbito, en los humanos) y el radio. Pero el detalle que atrajo la atención del equipo del Museo fueron unas extrañas marcas presentes en los huesos del antebrazo del animal, que mostraban, claramente, señales de haber sido devorados por algún animal prehistórico.
Las marcas de las mordidas, distribuidas en diferentes sectores de la superficie del fósil, se presentan en patrones con forma “estrellada”, con líneas radiales que parten desde un mismo punto. Dicho patrón se repite en varios sectores y son notorias a simple vista. A su vez, algunas se agrupan o superponen unas con otras, conformando una especie de “mancha” calada en el hueso fosilizado que las hace más notables aún”, comenta José Luis Aguilar, Director del Museo de San Pedro.
 
Este tipo de marcas son extremadamente raras ya que, las que se han observado en otros casos en nuestro país y el mundo, son claramente más pequeñas, siendo, algunas, hasta microscópicas. En el caso del fósil de San Pedro, el tamaño de las mordidas es muy considerable.
 
Para la evaluación de este particular descubrimiento, el equipo del museo sampedrino interactuó con diferentes investigadores de nuestro país y cotejó  las muestras con otras descubiertas en lugares tan distantes como Etiopía, Tanzania y Sudáfrica donde, décadas atrás, se han registrado ataques de insectos sobre huesos fósiles de humanos y animales.
 
El Dr. Eduardo Tonni, Jefe del Depto. Paleovertebrados del Museo de La Plata, y la Dra. Mariela González, del Instituto INCUAPA-CONICET (Facultad de Ciencias Sociales -Universidad del Centro, Olavarría), contribuyeron con sus opiniones y experiencia en el análisis de este tipo de materiales.
Ambos coincidieron en que las marcas corresponden al accionar de insectos, aportando bibliografía que muestra modificaciones similares producidas por termitas en estudios internacionales. A partir de este intercambio de datos, el equipo del Museo de San Pedro comenzó a relevar la existencia de termitas en esta área en tiempos prehistóricos.
 
Actualmente, la familia Termitidae, de la que forman parte estos voraces insectos, se ha retirado de la provincia de Buenos Aires, ocupando zonas por encima del paralelo 32, donde predominan condiciones de clima subtropical. Sólo existe una pequeña población en las sierras de Tandil y otra en península Valdez, Chubut, que podrían ser grupos relictuales de épocas pasadas. La desaparición de las termitas en la provincia de Buenos Aires se produjo en algún momento durante la Edad Lujanense (8.500 a 128.000 años), el mismo lapso geológico del que proviene el fósil hallado en San Pedro.
Esta época, a finales del Pleistoceno, experimentó variaciones climáticas muy marcadas,  generando condiciones que no fueron las propicias para que se mantuvieran las poblaciones de estos insectos. 
 
Justamente, la comparación de formas y tamaños con otros casos en el mundo realizada desde el Museo Paleontológico de San Pedro, permitió establecer como principales responsables a estos insectos del infraorden Isoptera, al que pertenecen las termitas. Desde el Museo Paleontológico de San Pedro, Aguilar, explica que “Las marcas de mordidas en los fósiles hallados en San Pedro permiten sumar un registro muy valioso para los especialistas que estudian los insectos, su comportamiento, distribución y hábitos climáticos en épocas remotas a través del análisis de los fósiles. Una oportunidad verdaderamente escasa en la paleontología del Cuaternario sudamericano. Fuente: Museo Paleontológico de San Pedro.

Mas info http://www.grupopaleo.com.ar/paleoargentina/principal.htm