El cráneo de un fósil, que se
estima de una antigüedad aproximada a los 4 millones de años, fue hallado en el
oeste provincial. Su análisis aportará valiosa información sobre el origen de
las sierras y el inventario de la megafauna.
En el laboratorio de
paleontología del Museo Provincial de Ciencias Naturales, estudian el cráneo de
un fósil de larga data encontrado en el Valle de Traslasierra, que pertenecería
al grupo de los mamíferos ungulados, es decir animales que tienen pezuñas como
el caballo o los pecaríes, estableciendo una semejanza con especies de la
actualidad.
El hallazgo es significativo
ya que estos son los primeros restos documentados en la provincia de Córdoba de
un fósil que podría tener unos 4 millones de años de antigüedad. El fósil
tendría un parentesco con la Macrauchenia patachonica,
especie herbívora desaparecida hace 10 mil años y endémica de América del Sur.
“Este es el primer macrauquénido documentado en la
provincia de Córdoba, o sea en casi todo el centro de Argentina, dentro del
período Neógeno -coloquialmente llamado Terciario-. Estos son los primeros
restos encontrados en la región, su registro es relativamente escaso y hay que
explorar mucho para dar con ejemplar así”, afirma el paleontólogo, Adán Tauber,
subdirector del Museo Provincial de Ciencias Naturales “Arturo Illia”.
En 1834, el naturalista británico
Charles Darwin halló unos curiosos restos óseos en la actual provincia de Santa
Cruz. Estos materiales recibieron luego el nombre de Macrauquenia. Su
morfología desconcertó a los investigadores ya que el esqueleto sugería
parentescos con diferentes animales de la actualidad. La travesía del
naturalista está contada en el libro El viaje del Beagle. El nombre de
Macrauquenia puede traducirse como “llama grande” y fue impuesto por el
paleontólogo británico Richard Owen, contemporáneo de Darwin.
La posición y el tamaño de las
fosas nasales del cráneo sugieren que el animal tuvo una trompa -proboscis-,
como la de un tapir, que le permitió elegir los alimentos, y que debió haber
tenido un potente sentido del olfato.
Su dentadura está completa y
eso sugiere que pudo haber tenido una dieta mixta, es decir que no debió haber
comido solamente hierbas estrictamente. Su alimentación quizá estuvo compuesta
por hojas tiernas, pastos y frutos.
Por el análisis de la
estructura ósea, la paleontología sostiene que los macrauquénidos eran animales
muy hábiles, que podía correr velozmente y tenía la habilidad para esquivar
repentinamente a sus depredadores en la carrera.